En su malla curricular, la carrera de Ingeniería Civil Eléctrica en la Universidad de Chile tiene como requisito que, pasando a cuarto año, los estudiantes deban realizar su primera práctica profesional. Una pasantía de un mes en un área ligada con sus estudios y que les permite llevar a la praxis los conocimientos que durante los tres primeros años han adquirido.
Camila Palma Caris no lo pensó mucho y decidió que su primera experiencia “metiendo las manos” fuera en Lureye Arriendos, un lugar que le permitiría poner en práctica lo aprendido en las salas de clases y adquirir la experiencia necesaria que le de el empujón final para afrontar la última parte antes de volverse ingeniera.
“Para mí fue un desafío personal. Hacer algo que no había visto nunca, más que en teoría, y del cual tenía otra percepción. Fue un cambio radical”, asegura Camila frente a un equipo de 250 Kwa, al que más de alguna vez tuvo que revisar.
Echar mano a lenguaje y terminología técnica, utilizar distintas herramientas, y tener que «perderle el miedo a las cosas eléctricas», como recalca Camila, fue lo que más le gustó en su paso por Lureye Arriendos, un lugar que «fue ameno, sobre todo mis compañeros de trabajo, que siempre estuvieron dispuestos a ayudarme».
Entre éstos últimos estuvo Alan Huenchumil, Ingeniero en Automatización, Técnico Líder y quien las ofició como supervisor de Camila Palma en su estadía en Lureye, quien aseguró haberse sorprendido cuando le informaron que vendría un practicante, que estaría a su cargo y que sería mujer, pues “ni siquiera en el colegio ni en la universidad había tenido que trabajar directamente con mujeres, por lo que fue un bonito desafío, más aún, con la buena disposición que mostró, de siempre querer aprender”, valorando positivamente la iniciativa de Lureye Arriendo de abrir espacios en este ámbito a mujeres, dejando atrás el estigma de que este es un sector sólo para hombres: “que existan iguales oportunidades, tanto para hombres como para mujeres, tal como lo está haciendo nuestra empresa, me parece perfecto”, aprobó Alan.
Haciendo un resumen de su paso por nuestra compañía, Camila Palma destaca la disposición de todos con quienes tuvo que relacionarse, asegurando que siempre estuvieron ahí para aconsejarla y motivarla, acciones que sólo le provocan estar agradecida de su pasantía en Lureye Arriendos.
Como conclusión a esta importante etapa, Camila aconseja a sus compañeros de carrera a que busquen empresas como Lureye, donde puedan foguearse. «Como ingenieros civiles, vemos más que nada teoría, por lo que invito a mis colegas a buscar empresas como esta, porque aquí se está constantemente manteniendo y arreglando equipos, lo que permite no sólo quedarte con la teoría, si no que poner en práctica lo que se está aprendiendo».
Felicitaciones, Camila, por este gran paso, y todo el éxito para ti en lo que venga por delante.